Alcatraz, la pequeña isla a dos kilómetros de la bahía de San Francisco, es una fortaleza de piedra que ha acogido desde hace muchos años a una de las cárceles más seguras y famosas del mundo.
Una visita a la cárcel de Alcatraz es obligatoria para cualquiera que viaje a San Francisco, un emocionante recorrido que lo llevará al interior de la prisión que muchas veces a despertado la imaginación de los guionistas y directores.
La estructura funcionó como prisión durante treinta años y luego fue cerrada en 1963 debido a los altos costos que el Estado debía pagar por su mantenimiento. Después de algún tiempo, la prisión fue abierta al público y desde entonces se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los turistas que pasan por esta parte del mundo.
Para llegar a la isla es necesario tomar uno de los transbordadores que salen desde el muelle 33 del Puerto de San Francisco, y en pocos minutos de navegación se llegará a Alcatraz.
La visita a la prisión se inicia con un recorrido desde el muelle, en el que se encontraban los apartamentos de los guardias que trabajaban en la cárcel, para luego subir a la cima donde está el faro de la isla, que es también el más antiguo de la costa. Por último, se llega a la cárcel, y la visita continúa en el interior de los pasillos y celdas, incluyendo la famosa celda de aislamiento o de castigo donde se encerraban a los presos por mala conducta, permaneciendo aislados en la fría oscuridad.
Una visita a la prisión de Alcatraz logra sumergir al turista en la real atmósfera de la prisión, donde fueron encerrados personajes como Al Capone, una de las razones por las que se logra entender por qué en torno a esta prisión hay una verdadera leyenda .