Destino Filipinas: Maravillas naturales sin turismo de masas
El archipiélago de las Filipinas, situado en el sudeste asiático en medio del Océano Pacífico , está compuesto por 7.107 islas e islotes, de los cuales alrededor de 5000 están totalmente despobladas.
El pasado difícil ha marcado profundamente el país a lo largo de la historia, pasando primero por la dominación española y luego por la de EE.UU. obteniendo la libertad en 1946. Además de una larga serie de desastres naturales como tifones, terremotos, erupciones volcánicas y las inundaciones por no hablar de innumerables acciones humanas destructivas como las operaciones militares y ataques, que han llevado al país a encerrarse en sí mismo y mantenerse al margen de la ola de turismo que llena la mayor parte de los países de Asia.
El pasado difícil ha marcado profundamente el país a lo largo de la historia, pasando primero por la dominación española y luego por la de EE.UU. obteniendo la libertad en 1946. Además de una larga serie de desastres naturales como tifones, terremotos, erupciones volcánicas y las inundaciones por no hablar de innumerables acciones humanas destructivas como las operaciones militares y ataques, que han llevado al país a encerrarse en sí mismo y mantenerse al margen de la ola de turismo que llena la mayor parte de los países de Asia.
Esto, hasta la fecha, puede ser una ventaja para el turista que elige el archipiélago como destino turístico para vacaciones. Podrá de hecho encontrar el mismo confort de los lugares más populares de igual belleza sin encontrar un turismo intensivo de masa.
La belleza del archipiélago y la amabilidad de su gente, de hecho, son dos muy buenas razones para hacer un viaje a Filipinas como destino turístico. Este inmenso territorio tiene grandes oportunidades para la recreación en contacto con la naturaleza que conducen al descubrimiento de lugares tan hermosos como las cuevas de Callao en Peñablanca y cascadas Magdapio, una visita obligada para todos los amantes del piragüismo y de rápidos, hasta playas paradisiacas bañadas por aguas cristalinas que esconden fondos marinos de ensueño.
Los colores de la naturaleza, entran en contraste con la realidad más caótica de Manila, una ciudad ruidosa donde hay todavía algunos restos de la arquitectura española colonial, y que puede ser una buena solución para aquellos que buscan el mar, la paz, pero también una vida nocturna nocturna muy activa.
Foto: Varbak
Foto: Varbak