Si busca unas vacaciones diferentes y tiene el corazón a prueba de sobresaltos, no lo dude, las nuevas ofertas de "vacaciones extremas", le llevarán a experimentar lo que siempre pensó imposible. Átese el cinturón y tírese al vacío.
Experiencias increíbles que antes sólo estaban relegadas a una minoría con ganas de riesgo, atraen ahora a un público cada vez más variado, quizás porque la television ha popularizado realitys donde los concursantes hacen de todo y el televidente lo ve ahora como una posibilidad a su alcance.
No solamente Tom Cruise puede volar un avión de combate en su famosa película"Top Gun". Usted ya puede co-pilotar un L39 sobre los cielos de Hollywood (California) y además volver a casa con toda su aventura filmada para dar envidia a los amigos, siempre y cuando el material rodado no incluya alguna escena de usted un tanto mareado después de volar a 750 kilómetros por hora, caer en picada y remontar como un cohete la altura perdida.
La compañía especializada en este tipo de aventuras es Incredible Aventures, de La Florida y además le ofrece una multitud de aventuras, todas ellas con poco contacto de sus pies con algo sólido donde apoyarse: volar en un Mig-31 o un Mig-29 sobre Moscú o casi fuera de la atmósfera, tirarse en paracaídas en el Everest, varias experiencias entrenándose como astronauta sin gravedad y, por supuesto, nadar con tiburones. Hasta puede elegir las aguas en las que nadan los tiburones en Bahamas, Isla Guadalupe, Ciudad del Cabo...
SIN APOYO Y A OSCURAS
El siguiente aliciente para subir nuestros niveles de adrenalina hasta el cielo es la oscuridad. Ya no volamos en un avión de combate sino que flotamos a gran velocidad sobre aguas oscuras y veloces como en cualquier película de terror. ¿Dónde? En las cuevas de Nueva Zelanda. También podemos descender hasta abismos impensables, negros como la boca de un lobo y tronantes como un ogro donde las furiosas aguas de sus cataratas subterráneas nos ensordecerán. Por todo consuelo nos queda que a veces durante el recorrido, podemos percibir algunas lucecillas de esperanza pero no hay que levantar mucho los ánimos: no es la esperada salida sino cientos de gusanos de luz que viven en estas cuevas de Nueva Zelanda.
OTROS SALTOS AL VACÍO
Ciertos cuerpos especiales de paracaidistas practican un salto conocido como Halo, que consiste en saltar desde una altura, hasta dos veces superior a lo que sería un salto normal y , además, abrir el paracaídas lo más cerca del suelo posible sin descalabrarse. Evidentemente el cliente irá amarrado a uno de estos profesionales con sangre fría, especialmente a estas alturas en las que la temperatura será de muchos grados bajo cero. Y, claro, a esta altitud también el oxígeno escasea, así que además de abrigarse habrá que equiparse con una máscara de oxígeno para no desmayarse, porque no nos vamos a desaprovechar tamaña experiencia por un detalle tan insignificante como perder el conocimiento por falta de aire.
EL FRÍO Y LA VELOCIDAD
No podemos olvidarnos de que la nieve y el hielo ofrecen condiciones extremas donde probar nuestra valía. Nada mejor que Islandia donde podemos deslizarnos velozmente en snowmobiles sobre glaciares y entre dos placas tectónicas.