Salto Ángel es considerada como la catarata más alta del mundo, una razón de fuerza para viajar a Venezuela e intentar conocerla.
Un viaje a las Cataratas Salto Ángel es sinónimo de viajar a un destino exótico con una impresionante caída de agua de casi un kilómetro de altura que resplandece bajo el sol del amanecer que golpea la montaña, un tesoro que Venezuela reserva sólo para aventureros en un rincón al sureste del país.
La visión de la cascada más alta del mundo compensa a los viajeros las 12 horas en avioneta, canoa y a pie y la noche intensa para llegar a él.
Esta hermosa cascada lleva su nombre en honor del aviador Jimmy Angel, que quien en 1937 aterrizó sobre la meseta en que nace la catarata. Para los científicos, estas montañas de cima plana son las formaciones más antiguas del mundo.
El viaje transporta a los visitantes a un mundo escondido, inundado de cascadas, selvas, lagunas y un exhuberante mar verde de vegetación. Situado en el parque nacional de Cainama, esta reserva de 30000 kilómetros cuadrados fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.
Sin embargo, el Salto Ángel sigue siendo un destino para un turismo minoritario. El visitante extranjero debe llegar a Caracas, viajar a Ciudad Bolivar o Puerto Ordaz y tomar una pequeñísima avioneta hasta el pueblo de Canaima. Desde allí, se remontan los rápidos de los ríos Carrao y Churún durante cuatro horas en una curiara, embarcación indígena de madera, se emprende una subida a pie por la selva de más de una hora y se llega al mirador final.
Otra opción es sobre volar la catarata, una visión espectacular pero cara y breve, que permite extasiarse frente a este regalo de la naturaleza.
Si le gusta el turismo de aventura visitar el Salto Ángel en Venezuela es el destino ideal para usted... buen viaje!