Si se encuentra de viaje en España, la mejor manera de aprovechar un día es pasear por las plazas del viejo Madrid y descubrir las tradiciones que los madrileños han heredado de sus antepasados y conocer las principales leyendas que rodean la ciudad y que, con el paso del tiempo se han convertido en mitos urbanos.
Nada hay más imponente que pasearse por el viejo Madrid y recuperar sus leyendas y las historias más enigmáticas del pasado madrileño.
LA PLAZA MAYOR: fue testigo del comienzo de muchas de estas historias. Una de ellas tuvo como protagonista al conde de Villamediana, que en el siglo XVII disfrutó de una posición destacada, a pesar de ser un personaje polémico por sus criticas contra nobles y plebeyos. Quizá por esta razón se dio crédito al rumor que apuntaba a que el Conde de Villamediana estaba enamorado de la mismísima reina Isabel de Borbón. El Conde, como en toda buena leyenda, apareció un día asesinado.
PLAZA DE PUERTA CERRADA: los madrileños encontraron en la Plaza de Puerta Cerrada el lugar perfecto para ambientar muchas de sus leyendas. Era la zona donde se hacían las rondas de vigilancia cuando existía la muralla cristiana, y una de sus puertas, que debió ser clausurada porque en ella se refugiaban delincuentes para perpetrar sus asaltos, es la que dio nombre a la plaza.
PLAZA DE LA PAJA: al llegar a la Plaza de la Paja, se recuerda al visitante que en el pasado, la que hoy conocemos como Plaza Mayor era en realidad una plazuela en los arrabales de la ciudad, mientras que la primera era el verdadero núcleo de Madrid. En ella, los capellanes subastan el grano obtenido de las cosechas para pagar su manutención, por esta razón, se conoce desde entonces como la Plaza de la Paja. Desde la misma plaza se divisa la torre de Mudéjar de la iglesia de San Pedro "El viejo", datada en el siglo XIV. Además de su interés religioso y artístico, esta iglesia es conocida porque dicen que la primera campana que colgó de su torre se colocó sola. La leyenda asegura que cuando los hombres cargaban con ella para subirla a lo alto, la campana se quedó atascada. Incapaces de moverla, los hombres decidieron descansar, pero cuando volvieron al día siguiente, su sorpresa fue mayúscula al comprobar que la campana ya se encontraba colocada.
PLAZA DE ALAMILLO: La ruta se adentra en el barrio de la Morería para detenerse en la Plaza Atamillo, en donde se cree que tuvo su sede el Tribunal Árabe de la Morería, cuando Madrid era Mayrit, la ciudad árabe fundada en el siglo IX.- A pesar de sus orígenes, no está claro si el nombre de esta plaza proviene el árabe Alamud (tribunal), o bien responde simplemente a la especie de los árboles que en ella se plantaron. Este barrio formó parte de la medina madrileña y por tanto acogió a un gran número de musulmanes que debieron refugiarse en él cuando comenzó la Reconquista. Una vez que que el rey Alfonso VI consiguió entrar en la ciudad y controlarla, ordenó a jóvenes cristianos ocupar el barrio para "repoblarlo".
PLAZA DE LA VILLA: El recorrido por las viejas historias de la ciudad termina a las espaldas de la Plaza de la Villa, en la calle Madrid. Es el momento de escuchara algunas de las leyendas madrileñas más tenebrosas, sembradas de misterios y muertes, con los fantasmas como protagonistas. Por ejemplo, la del alma del marqués de Cañete en el antiguo Palacio de Cañete, ahora edificio que ocupa el Patronato de Turismo. Cuentan que el espíritu del marqués asesinado se paseó por los pasillos de su mansión, lamentándose, hasta que se descubrió al verdadero autor de su muerte.
Lo cierto es que cada calle del viejo Madrid, es una fuente de inspiración.
Fuente: Nexos
Fotos: Holidaycheck, Muromadrid, Madridsites