- Impresionante con aproximadamente 6000 asientos es el Teatro Romano, el más grande de toda Jordania, aún en la actualidad se utiliza para la puesta en escena de espectáculos. Fue construido entre 138 y 161 después de Cristo por el emperador romano Antonino Pío. Quién visita el teatro romano no puede dejar de ir al Museo del Folklore que alberga la vestimenta y los objetos de la cultura tradicional. Una visita obligada también es al Museo Arqueológico Nacional en Amman donde se encuentra la estatua de Atenea. Además en el museo se pueden admirar los restos arqueológicos mejor conservados que datan incluso hasta de la época bizantinos y musulmana.
- A la izquierda del Teatro Romano se puede visitar el Odeón, construido en el siglo II d. C. El Odeón fue sede de espectáculos y reuniones de notables. Hoy ya no podemos admirar la belleza de este monumento antiguo que ha sido completamente renovado, pero igual vale la pena una visita. Si miramos un poco al pasado, vemos que esta estructura podría albergar a 500 espectadores y que el complejo monumental también incluía un Ninfeo que hoy se conserva en buena parte, pero que rara vez es visitado por los turistas.
- Si usted viaja a Amman no puede dejar de visitar su Ciudadela Romana de Amman, situada en la colina de Jabal-al-Qala'a. Desde aquí se puede disfrutar de una vista completa de toda la zona que rodea la antigua área circundante. En la Ciudadela se encuentra el sitio arqueológico de Rabbath-Ammon.
- Lugar de atracción es el Palacio Omeya, que data del 725-750 d.C. Este monumento demuestra cómo Amman fue conquistado e influenciado por diferentes pueblos: encontramos elementos tradicionales de la cultura bizantina, como las proporciones, materiales y técnicas de construcción y elementos de decoración oriental. Se observa una voluntad de apartarse a lo clásico para acercarse al estilo oriental a pesar de que el uso de bloques de piedra tallada todavía llevan el sello de un arte realmente clásico. Además del Palacio son importantes los restos del Templo de Hércules, que se remonta al 166 d.C. Al interior de este monumento sólo quedan cuatro columnas. Fuentes confiables dicen que allí se custodiaba una estatua de mármol gigante. Cerca del templo se encuentra la Torre Ayyubída, del siglo XII-XIII, cerca de nueve metros de largo y ocho de ancho, con una altura que oscila entre cinco y diez metros y construido con piedras del cercano Templo Romano.
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