Visitar las Cuevas de Altamira, uno de los destinos turísticos imperdibles en un viaje al norte de España, es entrar en contacto con uno de los ejemplos mejor conservados de la expresión artística del hombre primitivo.
Estas cuevas albergan dentro de ellas las magníficas pinturas rupestres que datan del Paleolítico, diseños detallados y policromos que representa mamíferos silvestres y manos humanas.
El sitio está ubicado cerca de la localidad de Santillana del Mar, en la región de Cantabria, a unos 30 km de la ciudad de Santander. Clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, las cuevas fueron descubiertas en 1880 por un arqueólogo aficionado, pero la precisión y la conservación era tal que hasta 1902 se consideraban plagio y su descubridor fue acusado de estafa.
Los artistas primitivos pintaron las paredes de la cueva de Altamira con óxido de hierro rojo, carbón y ocre, llegando incluso a diluir los colores para obtener diferentes tonos y crear un efecto de claroscuro. La maestría y dominio de estos pintores antiguos ha cambiado radicalmente las teorías sobre las habilidades cognitivas y manuales sobre los ancestros humanos.
Las pinturas rupestres de Altamira son tan impresionantes que incluso el gran maestro Pablo Picasso, después de haberlas visto, dijo: "Después de Altamira, todo es decadencia".
Tal vez hablar de visitar Altamira es un poco apresurado, para visitar el sitio, de hecho, hay largas listas de espera. Si usted desea ver las Cuevas de Altamira deberá esperar hasta tres años. Sólo se permiten pocos visitantes por día, a fin de evitar que el dióxido de carbono que emitimos al respirar dañen las pinturas.
De todas formas puede visitar el museo local de Altamira, donde se creó una fiel reproducción de la cueva, que permite admirar las pinturas, incluyendo algunos dibujos de caras humanas, imposibles de ver en la cueva original.